Los problemas con la tecnología son hoy un plato común en cada mesa. La tecnología ha penetrado todos los campos, sectores y áreas de nuestra vida, tanto en lo personal, como en lo profesional y en los negocios.

Nada escapa a las ataduras tecnológicas, de una forma u otra todo lo que hacemos siempre tiene al menos un punto de contacto con algún dispositivo tecnológico: ya sean nuestros teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras e impresoras, o el modem mediante el cual tenemos acceso a Internet, o la forma en la que recibimos los canales de televisión digitales… hasta muchas otras cosas que controlan nuestra vida cotidiana.

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¿Hay forma de escapar de los Problemas con la tecnología?

Realmente no, a menos que te escondas en una de las pocas islas desiertas que quedan en el mundo, y ni así, pues estarás expuesto a ciertas radiaciones que emiten los satélites y seguramente a algún tipo de tecnología militar que esté rondando cerca, aún si no tienes un celular o un aparato de televisión a cien kilómetros a la redonda.

Por tanto, seamos realistas. La tecnología llegó para quedarse y nuestra dependencia de la misma no hará más que incrementarse cada día. Más aún, por mucho que tratan sus creadores de simplificarla -y lo logran para ciertos dispositivos y aplicaciones- en otras no hace más que complejizarse, debido al carácter complejo de las tareas que realizan y las necesidades que resuelven.

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¿Cuáles son los principales problemas con la tecnología?

Pues podríamos enumerar muchos, comenzando con lo que todos dicen: “que siempre falla cuando más se le necesita”, pero ese ni es el principal, ni es totalmente cierto. La tecnología y las aplicaciones tecnológicas normalmente cumplen su cometido, sólo que nuestra relación con ella y los procesos que llevamos a cabo ya se convierten en rutina y nos parece lo más normal del mundo…, hasta que un día fallan y en esos momentos notamos cuanto la necesitamos y convertimos el problema en una crisis.

Entre los principales problemas con la tecnología quizás podamos destacar “la curva de aprendizaje”, o sea, el tiempo y los esfuerzos que tenemos que dedicar para aprender a utilizarlos adecuadamente y para obtener el máximo de las múltiples ventajas que ofrecen. Sobre todo, cuando tenemos que emplear horas leyendo complejos manuales -en ocasiones en un idioma extranjero, generalmente el inglés- sólo para echarlos a funcionar.

Y otro problema muy serio a destacar sería “el adecuado mantenimiento” para que duren lo suficiente y se justifique el precio que pagamos por los dispositivos. Al igual que cualquier mecanismo o sistema, los dispositivos tecnológicos requieren de un mantenimiento preventivo (para evitar que aparezcan posibles fallas o problemas) y de un mantenimiento periódico de rutina que garantiza el adecuado funcionamiento de los diferentes componentes en todo momento de su vida útil.

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Entonces, ¿podemos resolver nosotros mismos los problemas con la tecnología?

Pues sí y no. Es una pregunta cuya respuesta requiere de muchos “depende”, comenzando con tu conocimiento del mundo de la tecnología y cuán hábil eres para entenderte con esos “traviesos” juguetitos que el desarrollo ha puesto en nuestras manos.

También depende del grado de complejidad del dispositivo: si es un controlador de tiempo para las luces de la casa, un teléfono inteligente con múltiples funcionalidades y aplicaciones o una moderna super computadora con varios discos duros y un mundo de complejos aditamentos de hardware y software.

Y por último en nuestro incompleto análisis, pues depende además del riesgo económico o financiero o profesional en que incurrimos cuando tratamos de resolver nosotros mismos uno de los diversos problemas con la tecnología que enfrentamos ya casi a diario. Por supuesto, no es lo mismo un equipo que te haya costado $25 dólares a uno que sobrepasa los $800, y no es igual cuando se trata de algo tuyo personal, que cuando estamos hablando de un importante equipo de la compañía para la que trabajamos, del cual dependen los servicios que se ofrecen a muchos clientes.

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Principales Consejos Para Lidiar con los Equipos y Dispositivos Tecnológicos

PRIMERO que todo, debes evaluar la complejidad de la relación (aprendizaje + mantenimiento) que se requiere con cada equipo específico y el tiempo que te lleva aprender a utilizarlo, mantenerlo y resolver sus fallas. Ese es el primer indicador que te ayudará a definir si hacerlo todo por ti mismo o contratar a alguien especializado en el tema.

SEGUNDO: sea cual sea la situación debes familiarizarte con el Manual. Presta mucha atención a las cosas que nunca debes hacer, al cuidado que debes tener antes de comenzar a operarlos, y también a las especificaciones básicas de mantenimiento. Fíjate que casi todos los manuales hoy incluyen una parte de Solución de Problemas.

TERCERO, aún si entiendes bien la tecnología, si te lees el Manual y crees haberlo entendido todo, recuerda que nadie puede ser un experto en absolutamente todas las cosas y estar al tanto de los últimos requisitos respecto a absolutamente todos los equipos.

Por eso, debes ser capaz de prever con tiempo quién te puede ayudar ante una circunstancia determinada, cuando te surgen problemas con la tecnología para los que no estás suficientemente bien entrenado o que requieren de un tiempo del que no dispones. Puede ser un amigo, pero mucho mejor una compañía especializada o un Geek, al que puedes llamar en cualquier momento y que de forma presencial o remota pueda ayudarte a resolver el problema.

No lo olvides: la Tecnología es nuestra amiga y nos puede servir bien y por mucho tiempo, siempre y cuando la tratemos también de forma amigable

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